They call her the marvelous city.
While Rio de Janeiro is a city of amazing natural beauty, with the emerald green water of the Guanabara Bay and the ocean forming a striking contrast with the granite hills of the Corcovado and Sugar Loaf, with only three days, I felt like I couldn’t possibly get to know it as I would like to.
Whereas São Paulo is geared towards commerce and seemed more of an international metropolis, with the sound of the waves and the beat of the samba, Rio de Janeiro felt like a beach town. Although Rio was once the only capital of a European country outside of Europe, and was also once the seat of the Brazilian Republic, Cariocas (residents of Rio de Janeiro) carry themselves without pretension and were quick to offer their smiles.
But for an afternoon of exploring the Santa Teresa neighborhood via its tram (called the Bondinho or Bonde), I was happy to drink caipirinhas on the beach and whiled away my time in Rio with the pleasures of the sand, the surf, and the sun.
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La llaman la ciudad maravillosa.
Aunque Río de Janeiro es una ciudad de belleza insuperable, con agua verde esmeralda de la Bahía de Guanabara y el mar formando un contraste llamativo con las colinas de granito de Corcovado y Pan de Azúcar, me pareció que con sólo tres días, no pude conocerla como me gustaría.
Mientras que San Pablo es una ciudad empresarial y parece una metrópolis internacional, con el sonido de las olas y la zamba, Río parece una ciudad de playa. Aunque Río había sido la única capital de un país europeo afuera de Europa, y una vez también la sede de la República de Brasil, los cariocas (los habitantes de Río de Janeiro) se comportan sin pretensión y me ofrecían sus sonrisas fácilmente.
Pero por una tarde explorando el barrio de Santa Teresa en tranvía (lo llaman “Bondinho” o “Bonde”), me alegré de tomar caipiriñas en la playa y pasé mi estadía en Río con el placer de sentir el sol, las olas, y la arena.